Rosácea
La rosácea se caracteriza por un estado inflamatorio crónico desencadenado principalmente por una respuesta inmunitaria innata excesiva y estrés oxidativo. Afecta al 5% de la población general. Los principales mecanismos involucrados en la rosácea y la cuperosis son el estrés oxidativo, la inflamación, el desequilibrio microbiano y la alteración de las proteínas estructurales de la epidermis y la dermis; todos ellos responsables de los signos y alteraciones anatómicas de esta condición: enrojecimiento, eritema persistente, piel sensible, telangiectasias, pápulas y pústulas. En áreas de enfermedad de larga duración, pueden desarrollarse placas amarillo anaranjadas, resultado de la hiperplasia sebácea, más comúnmente en la nariz (rinofima). Estudios recientes han demostrado que el glutatión desempeña un papel crucial como la molécula antioxidante intracelular clave. En la rosácea, existe una deficiencia intracelular de glutatión que reduce las defensas antioxidantes de las células. El aumento del estrés oxidativo es responsable del aumento del estado inflamatorio que causa el cuadro clínico. El manejo de la rosácea tiene como objetivo reducir los signos y síntomas y mejorar el aspecto socio-psicológico. Basándose en las nuevas evidencias científicas, el refuerzo de las defensas antioxidantes celulares puede representar un enfoque nuevo y eficaz para el tratamiento.
Mostrando el único resultado