Acné

El acné es la enfermedad cutánea más común y afecta a alrededor de 650 millones de personas en todo el mundo. El acné afecta a personas de todas las etnias y edades:
  • El 85% de la población adolescente.
  • Del 30% al 40% alrededor de los 35-44 años. Durante este período, las mujeres se ven afectadas el doble por el acné (acné tardío) en comparación con los hombres, debido a alteraciones hormonales pero también al uso de cosméticos inapropiados. El acné en mujeres adultas tiene características patológicas diferentes en comparación con el acné vulgar en jóvenes, y puede requerir un tratamiento específico.
  • Alrededor del 5% de la población de 45 años todavía sufre alguna forma de acné.
El acné se considera una enfermedad crónica inflamatoria debido a su larga duración, y es un trastorno que resulta de la acción de hormonas y otras sustancias sobre las glándulas sebáceas y los folículos pilosos de la piel, lo que da lugar a lo que comúnmente se llama espinillas o forúnculos (pápulas, pústulas, nódulos). También se presenta con lesiones no inflamatorias, como comedones (puntos negros y puntos blancos). El acné se presenta con mayor prominencia en áreas de la piel con una alta densidad de glándulas pilosebáceas, como la cara, la espalda y el pecho. Hay varias formas de lesiones de acné; dependiendo de la combinación de estos tipos de lesiones y el área afectada, el acné puede clasificarse como leve, moderado y severo. Se observa una baja adherencia a los tratamientos sistémicos y tópicos para el acné en el 50% de los pacientes, y es un factor clave que reduce la eficacia clínica. Una buena adherencia al tratamiento adyuvante se asocia con una mejora en la efectividad y mejores resultados del tratamiento en pacientes con acné. La piel con acné necesita atención diaria específica para ayudar a purificar y normalizar el exceso de sebo que obstruye los folículos pilosos. Por esta razón, además de llevar siempre un estilo de vida saludable, comenzando por la alimentación y evitando la acumulación de sustancias oclusivas en la piel, se puede ayudar a contrarrestar el acné con productos específicamente formulados para piel propensa al acné: desde la limpieza, que debe ser delicada y con efecto normalizante del sebo, hasta el peeling que ayuda a contrarrestar la hiperqueratinización; desde la hidratación diaria con una actividad normalizante y opacante del sebo, hasta el uso de un producto específico para ayudar a contrarrestar las imperfecciones.
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